Todo niño en su alma ha construido
gran imperio donde un deslumbrante trono
lo invita a enfrentar los desafíos
de ser líder por el prójimo escogido.
Ahora joven con los años transformado
un encuentro formidable ha tenido
con la historia en cuyo manto se haya escrito
áureo nombre de un Rey, de un visionario.
Luego el tiempo a dos hombres ha hermanado,
bajo el signo de la cruz de una corona,
cuya luz ilumina el sendero:
el saber pronto una casa debe hallar.
Coro:
No importa cuán ardua sea la batalla,
su propio afán a cada día bastará.
No transes, tu valor, revela ya,
en CarloMagno, tu colegio, lo descubrirás.
